Salvation What must I do to obtain it?

Salvation What must I do to obtain it?

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The Universal Need for Salvation

The first fundamental aspect of salvation is the universal need to be saved due to the sinful condition of all humanity. The Bible teaches that sin affects all human beings without exception.

In Romans 3:23 se afirma: «Por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios».

This biblical truth highlights that sin is not just a series of bad actions that people commit, but an inherent condition that dates back to the fall of Adam in Genesis 3. From that time, sin has passed on to the entire human race, affecting the very nature of people, meaning that by nature they are spiritually dead and separated from God.

The biblical teaching on sin shows that everyone is incapable of seeking God on their own. This is crucial to understanding that salvation cannot be achieved by any human effort. Romans 3:10-12 enfatiza esta incapacidad: «No hay justo, ni aun uno; no hay quien entienda, no hay quien busque a Dios». Este estado de alienación coloca a la humanidad en una situación desesperada, en la que solo una intervención divina puede reconciliar al ser humano con su Creador.

Repentance and Faith: The Doors of Salvation

Para recibir la salvación que Dios ofrece, es indispensable el arrepentimiento y la fe. Jesús mismo declaró: «Arrepentíos y creed en la Buena Noticia» (Marcos 1:15). Estas dos acciones no son meros actos externos o rituales religiosos; representan una transformación profunda en el corazón y la mente del individuo.

Repentance implies a radical change of direction in a person's life. In the original language of the New Testament, the Greek term metanoia Repentance means a change of mind, a complete turning from sin to God. This is not simply superficial remorse, but an internal work of the Holy Spirit in which the person turns away from sin and seeks to live in obedience to God. Repentance is an essential component of a person recognizing his need for a Savior and abandoning the path of disobedience.

La fe, por otro lado, es más que una simple creencia intelectual en la existencia de Dios o en los hechos históricos de la vida de Jesús. Santiago 2:19 enseña que «los demonios creen… y tiemblan», mostrando que una creencia superficial no es suficiente para la salvación. La fe verdadera implica confiar plenamente en Jesucristo como Salvador y Señor.

Esto significa depender únicamente de su obra en la cruz para la salvación, reconociendo que solo su sacrificio es suficiente para reconciliar a la humanidad con Dios. En Juan 3:16 se expresa esta verdad con claridad: «Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, sino que tenga vida eterna».

Justification: Being Declared Righteous Before God

One of the most fundamental aspects of salvation is the justification, an act of God by which He declares a person who puts his or her faith in Christ to be righteous. Justification is a legal term meaning that although human beings are guilty of sin, God declares them innocent through the work of Christ.

Este acto de justificación no se basa en méritos propios ni en buenas obras, sino exclusivamente en lo que Jesús hizo a través de su vida perfecta y su sacrificio en la cruz. Romanos 5:1 afirma: «Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo».

Este proceso de justificación es posible porque Jesús, en la cruz, intercambió su justicia por el pecado de la humanidad. En 2 Corintios 5:21 se explica este intercambio divino: «Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él». Es decir, los pecados de los creyentes son imputados a Cristo, quien los lleva sobre sí en la cruz, y la justicia de Cristo es imputada a los creyentes. De esta manera, Dios puede declarar justos a aquellos que han puesto su fe en Jesús.

The New Birth: Being Made New Creatures

The new birth, también conocido como regeneración, es un concepto central en la enseñanza bíblica sobre la salvación. Jesús explicó esta verdad a Nicodemo en Juan 3:3: «De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios». Este nuevo nacimiento no es un cambio físico, sino una transformación espiritual, en la que el Espíritu Santo da vida a lo que estaba espiritualmente muerto.

El nuevo nacimiento no es un acto voluntario del ser humano; es una obra soberana de Dios. Juan 1:12-13 explica que aquellos que creen en Cristo «no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios». El Espíritu Santo obra en el corazón humano para regenerarlo y darle una nueva naturaleza. Este nuevo nacimiento capacita a las personas para vivir de acuerdo con la voluntad de Dios y para perseverar en la fe.

The Exclusivity of Salvation through Jesus Christ

La salvación, según las Escrituras, es exclusivamente a través de Jesucristo, sin la mediación de ningún otro factor, ni humano ni ritual. Jesús mismo afirmó esta verdad de manera categórica cuando declaró: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre sino por mí» (Juan 14:6). Este versículo establece que Cristo es el único medio de reconciliación entre Dios y la humanidad, excluyendo cualquier otro camino, intermediario o esfuerzo humano.

El Evangelio enseña que ninguna obra humana es suficiente para alcanzar la salvación. Isaías 64:6 dice que «todas nuestras justicias son como trapo de inmundicia». Las buenas obras, aunque son el fruto de la fe, no tienen poder para justificar a nadie ante Dios. La salvación no es algo que se pueda ganar o merecer a través de acciones, sino que es un don gratuito de Dios recibido por medio de la fe en Cristo. Efesios 2:8-9 lo expresa claramente: «Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe».

Además, ningún ritual o sacramento, por sí mismo, puede otorgar la salvación. Aunque los sacramentos, como el bautismo y la Cena del Señor, son importantes dentro de la vida cristiana como actos de obediencia y recordatorio de la obra de Cristo, no tienen el poder de salvar. Son símbolos externos de una realidad interna ya establecida por la fe en Jesucristo. En este sentido, Pedro enfatiza en Hechos 4:12 que «en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos», refiriéndose únicamente a Jesús como el Salvador.

El único mediador entre Dios y los hombres es Jesucristo. La Escritura es clara en cuanto a que no existen otros intermediarios válidos entre el ser humano y Dios. 1 Timoteo 2:5 lo establece sin ambigüedad: «Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre». Ni santos, ni ángeles, ni líderes religiosos pueden actuar como mediadores de la salvación. Solo Cristo, quien murió y resucitó por los pecados de la humanidad, tiene el poder de interceder ante el Padre a favor de aquellos que creen en Él.

In short, salvation is found in Jesus Christ alone. Any attempt to add works, rituals, or intermediaries to the completed work of Christ contradicts biblical teaching and denies the sufficiency of His sacrifice. It is through His death on the cross and His resurrection that forgiveness of sins and reconciliation with God are granted. Only those who place their faith and trust exclusively in Jesus Christ can experience salvation and eternal life.

The Security of Salvation: Guarantee of Eternal Life

Once a person has been saved, the Bible clearly teaches that your salvation es segura. Jesús asegura en Juan 10:28-29: «Y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano». La salvación no depende de la fidelidad humana, sino de la obra de Dios. Es Dios quien sostiene a los creyentes, asegurando que permanezcan en la fe hasta el final.

Esta doctrina no significa que los creyentes no puedan pecar o desviarse temporalmente, sino que Dios los preserva en su gracia. La seguridad de la salvación se basa en la fidelidad de Dios, no en los esfuerzos del creyente. Romanos 8:38-39 reafirma esta seguridad, al declarar que «ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir… nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro». Esta promesa asegura que la vida eterna está garantizada para quienes han confiado en Cristo.

The Certainty of Salvation: Confidence in God's Promises

El último aspecto crucial de la salvación es la certeza con la que los creyentes pueden vivir, sabiendo que son salvos. 1 Juan 5:13 declara: «Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna». La Biblia no deja espacio para la duda sobre la salvación de aquellos que han puesto su fe en Cristo.

This assurance is not based on emotions or on the believer's daily conduct, but on the objective promises of God revealed in the Scriptures. Confidence in salvation comes from the finished work of Christ and from God's faithfulness to fulfill His promises. Believers can be confident of their salvation because God has promised it and because their salvation depends entirely on what Christ has done, not on what they can do.

The important thing to remember

Salvation, in its fullness, ranges from the recognition of sin to the assurance of eternal life. People, in their natural state, are lost and separated from God because of their sin. However, God, in his love and mercy, offers salvation through Jesus Christ as the only way to salvation. only way. Repentance and faith are the human responses to this offer, while justification, the new birth, assurance and certainty of salvation are the works of God in the life of the believer.

Every aspect of salvation demonstrates that it is an undeserved gift that depends entirely on the grace and power of God, and that it guarantees eternal life to those who trust in Him.

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